tag:blogger.com,1999:blog-19576894815369423932024-03-05T05:30:28.521+01:00El Susurrador de medianocheRelatos, historias, leyendas, cuentos cortos y otros susurros de mi mente.El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.comBlogger28125tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-63625223936115267212009-11-21T00:05:00.003+01:002009-11-23T18:40:32.794+01:00Stephen (V) y Fin<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2xP1mwfmuPKrInqhhgA4OfhLvDRgyW3ZZmS9Z9ZZzx2fWMwDEiOc_D5Hv2ThPO8iym-mLOz87HBzhtJVfkt_9NaVIagpuXI_VpLdmLoWfzaxdzB2A-RKZze0vCkT5-qqZaHRHnhyphenhyphen6e_I/s1600/1.jpg"target="_blank"><img style="float:right; margin:-3px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 33%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2xP1mwfmuPKrInqhhgA4OfhLvDRgyW3ZZmS9Z9ZZzx2fWMwDEiOc_D5Hv2ThPO8iym-mLOz87HBzhtJVfkt_9NaVIagpuXI_VpLdmLoWfzaxdzB2A-RKZze0vCkT5-qqZaHRHnhyphenhyphen6e_I/s1600/1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5406228887614074226" /></a><div style="text-align: justify;">El mundo enteró quedó conmocionado cuando conoció la noticia, después de diez días perdido sin víveres en el Gran Desierto de Victoria, Stephen Banjac continuaba con vida. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Nadie, absolutamente nadie, confiaba en que pudiese lograrlo, a pesar incluso de su estupenda forma física y sin embargo, el propio Stephen convocaba una rueda de prensa para comunicar al mundo que había vuelto. Cuando apareció ante los medios de comunicación, la sorpresa todavía fue mayor. Aguardaban a un Stephen derrotado, con claros síntomas de desnutrición y sin embargo no era así, por supuesto que no estaba en su mejor momento, pero tampoco esperaban que tuviese ese aspecto, era un aspecto… ni mejor ni peor, sencillamente era… distinto. Lejos de estar quemado por la deshidratación y el sol, lucía una tez bronceada a la par que delicada. Su pelo rubio era ahora casi en su totalidad de color ceniza, Si no estuviese allí en pie hablando con ellos, posiblemente dijesen que aquel hombre no podía ser Stephen Banjac.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Explicó a los presentes que su globo se soltó y fue arrastrado por el viento durante uno de los descensos programados, lo cual provocó que lo buscasen muy lejos de en donde se hallaba en realidad. Contó cómo había sido socorrido por un grupo de aborígenes de la zona que lo atendieron y ayudaron dentro claro estaba, de sus limitaciones y su falta de medios para ponerse en contacto con el resto del mundo. Y poco más, Stephen se disculpó alegando que se encontraba cansado por todo lo sucedido, agradeció a todos su presencia, su comprensible preocupación durante su ausencia y amablemente sus empleados, invitaron a salir a los periodistas. Alguno intentó hacer alguna pregunta, pero Stephen ya había abandonada la sala habilitada para la conferencia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Se dirigió con rapidez al ático de su mansión, allí, en la penumbra, Irina aguardaba su regreso. Ella deseaba estar con él y él, seguir sabiéndolo todo sobre ella, sobre su historia, sobre su raza, sobre como lograron evolucionar hasta poder vivir a plena luz del día. Ella le explicó que precisamente esa era la razón por la que tuvo que sacarlo de allí. Ellos no estaban dispuestos a que nadie conociese su secreto, en la actualidad, estaban infiltrados hasta sitios inimaginables en nuestra sociedad, vivían como personas respetadas, triunfadoras e incluso admiradas. Actores de cine, deportistas, abogados, jueces e influyentes políticos. Y no pondrían todo eso en peligro por ayudar a un mortal.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ella intentó convencerlos de que ahora Stephen era uno de ellos, de que no hablaría. De que su conversión había sido necesaria, de que fue la única manera de salvarlo de una muerte segura, pero el resto del grupo lo veía como una amenaza, una amenaza que podían y querían eliminar como tantas otras antes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Le contó que su pueblo llevaba dividido más de dos siglos, del cruel enfrentamiento que mantenían con un numeroso, pero aun así menor, grupo de proscritos. Estos habían abandonado al grupo principal por discrepancias irreconciliables son su líder, el sanguinario Victor Danag, su hermano de sangre, y a los cuales, a pesar de todo y ocultándolo a Victor y a los demás, ella seguía visitando, pues entre ellos se encontraba su otro hermano, Amilo. El día que salvo la vida de Stephen, ella regresaba de visitar a los proscritos, Victor lo sabía y por eso ahora, jamás podría regresar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ahora ambos vivían en la clandestinidad, con la certeza de estar vigilados en todo momento, esperando a que tuviesen el más mínimo descuido para que dar por finalizado lo que consideraban un problema. Pero Stephen también era un hombre de recursos, con amigos importantes y poderosos y además ahora, y gracias a Irina, contaba con un pequeño ejército fiel y ansioso de venganza.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Stephen abrió los ojos, la fratricida batalla que estaba a punto de comenzar se presumía, larga, dolorosa y sangrienta.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Stephen V \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-25030270358853611202009-11-18T00:07:00.000+01:002009-11-20T18:18:03.098+01:00La imagen Divina<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwJdY2zQ32jNFiXZd2334OIuybYue_3r3D4kV_RUImKtodOEIvwX2ex_dqD-OrIflPAQGXyQbBMFEfMAfOXLNRndQ5IDYUwCrss_E0jRZEXG9nt1HRYer2wyLF0ospuiLIjvCclz0Lq3o/s1600/Jes%C3%BAs+de+Nazaret.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-14px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 31%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwJdY2zQ32jNFiXZd2334OIuybYue_3r3D4kV_RUImKtodOEIvwX2ex_dqD-OrIflPAQGXyQbBMFEfMAfOXLNRndQ5IDYUwCrss_E0jRZEXG9nt1HRYer2wyLF0ospuiLIjvCclz0Lq3o/s1600/Jes%C3%BAs+de+Nazaret.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5405219594749562002" /></a><div style="text-align: justify;">El sacerdote contempló una vez más la iglesia vacía, ahora comprendía su error. Cuando los feligreses le pidieron ayuda para combatir el mal que amenazaba el pueblo, él los animó a rezar, más las oraciones y las plegarias de nada sirvieron en esta ocasión.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Poco a poco los habitantes del pueblo fueron cayendo, primero los hombres, luego las mujeres y los niños, al final los ancianos, la vieja estrategia de cualquier invasión, eliminar primero las mayores amenazas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ahora él se hallaba solo, solo ante su Dios, solo ante su fe. Dio la espalda a las bancadas y se postró ante el altar, inclinó ligeramente su cabeza y una oración de súplica comenzó a salir de sus labios. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Escuchó como lentamente se abrían las puertas del templo, había llegado su hora, lo sabía. La temperatura bajo varios grados en el interior de la gran bóveda. Continuó rezando hasta que notó que una terrible presencia estaba a su espalda, pudo sentir el aliento gélido del maligno. Apoyó su mano en el inerte y frío mármol del altar, se incorporó y sin volverse preguntó:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- ¿Quién eres?</div><div style="text-align: justify;">- Tu señor todopoderoso.</div><div style="text-align: justify;">- Eso es mentira -contestó intentando transmitir una tranquilidad inexistente- ¿por qué ocultas tu identidad?</div><div style="text-align: justify;">- Quién yo soy no debe preocuparte, más bien lo que he venido a hacer quizás.</div><div style="text-align: justify;">- No temo a la muerte, soy anciano y ya nada puede perturbarme.</div><div style="text-align: justify;">- Ahora mientes tu viejo, sé que me temes y sin embargo tu vida no me importa, otra cosa es lo que vengo a buscar, tu fe.</div><div style="text-align: justify;">- Lo siento, pero esta batalla la has perdido antes de haberla comenzado, mi fe es más fuerte que tu puño y nada me puedes hacer temer.</div><div style="text-align: justify;">- Vuélvete viejo y comprueba porque erras, tu fe he venido a buscar y sin duda en ti la he hallado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El anciano sacerdote escucho aquellas últimas palabras como si en ellas, hubiese reconocido a un viejo amigo, lentamente se volvió y su cuerpo se estremeció con tanta fuerza, que incluso el frío y solido mármol pareció moverse tras él. Ante sus ojos, la imagen Divina, la mismísima imagen de Jesús de Nazaret, con su castaño pelo ondulado y una inmensa paz en su mirada. La presencia sonrió y susurró al anciano.</div><div style="text-align: justify;">- Lo ves viejo, te has vuelto a equivocar, yo nunca miento y… nunca pierdo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El sacerdote, con la dificultad ocasionada por sus emocionados y temblorosos labios respondió:</div><div style="text-align: justify;">- Señor, por un momento… por un momento pensé que todo esto era real, que en este pueblo habitaba en verdad el mal. Ahora sé que todo ha sido una prueba de fe, que mi rebaño está a salvo y que sólo deseáis comprobar mi fe hacia vos.</div><div style="text-align: justify;">- De nuevo te equivocas viejo –susurró la presencia- nadie está a salvo, tu tampoco, tu fe te será arrebatada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Alzo su mano derecha y con fuerza la clavo en el pecho del anciano, arrancándole el todavía palpitante corazón mientras los ojos aun con vida del sacerdote, contemplaban la amable cara de Jesús. Quiso hablar pero ya era imposible, su mente bloqueada destelló una última vez y alcanzó a comprender lo que el señor quiso decirle cuando le anunció, que venía a arrebatarle su fe, pues esta, abandonó su cuerpo incluso mucho antes de que lo hiciese su corazón.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El sacerdote yacía desangrándose a los pies del altar, el mismo altar que había glorificado durante toda su vida y el cual en los últimos años, se había convertido en su única razón de ser.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La presencia caminaba entre las bancadas hacia la tenue claridad de la entrada, a cada paso que daba, su cuerpo y su faz se iban transformando en su verdadero ser. El rostro de Satanás sonreía mientras en su mano, sujetaba uno de sus trofeos predilectos, el corazón de un hombre bueno y la fe, de un sirviente de Dios.</div> <span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: La imagen Divina \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-41668768077844632152009-10-31T23:58:00.000+01:002009-11-20T18:14:31.884+01:00Halloween<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5J0ktD6DTB0XhaDX2ZcqHctsBpjEWr-1Z0D0yhnhud8EbJUDEyRGfzVUtxqE0ppIejB5iT48K1rrEzRYe2QAXaiRS9MMJi3D54JbFLhmw2ng1ou8e53g8p8iakZo3Twkyyi9IzDB3bDE/s1600-h/payaso43sx.png" target="_blank"><img style="float:right; margin:0 -25px 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 27%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5J0ktD6DTB0XhaDX2ZcqHctsBpjEWr-1Z0D0yhnhud8EbJUDEyRGfzVUtxqE0ppIejB5iT48K1rrEzRYe2QAXaiRS9MMJi3D54JbFLhmw2ng1ou8e53g8p8iakZo3Twkyyi9IzDB3bDE/s1600/payaso43sx.png" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5398873153884167218" /></a><div style="text-align: justify;">Halloween era sin dudarlo su fiesta preferida, la combinación perfecta, lo dejaban estar de pie hasta tarde, podía comer montones y montones de golosinas y siempre se disfrazaba de lo que más le gustaba, el monstruo de Frankenstein. Además este año, su madre le había prometido que lo dejaría ir con sus amigos a llamar a las puertas de la urbanización, para Pedro de casi ocho años, la idea de salir pidiendo el truco o trato lo tenía alterado y nervioso desde que se había levantado. </div><div style="text-align: justify;">Amelia salió de su oficina a las 19.05, su hora habitual, pero con lo que no contaba era con encontrase al llegar a su coche con una rueda pinchada, no tuvo más remedio que llamar al servicio de asistencia en carretera, a sabiendas de que en medio de la ciudad y a aquella hora, la espera sería interminable.</div><div style="text-align: justify;">Jesús atendió la llamada justo cuando estaba a punto de entrar en una importante reunión de negocios, eran las 19.15. A pesar de que su mujer estaba atrapada en el centro, el no podía hacer nada para ayudarla, quince empresarios de varios países aguardaban para ver la nueva campaña de marketing que dirigía Jesús personalmente, imposible eludir la cita.</div><div style="text-align: justify;">Después de hablar con su marido. Amelia llamó a casa, habló con María y le explicó lo que había sucedido, a pesar de la juventud de María y de ser la fiesta de Halloween, comprendió la situación y se comprometió a quedar con Pedro hasta que Amelia o Jesús llegasen a casa.</div><div style="text-align: justify;">A las 20.00 sonó el timbre de la casa de los Cuesta, Pedro salió corriendo hacia la puerta mientras María le gritó que no abriese la puerta. La joven la abrió con cautela mientras Pedro daba saltitos a su lado, esperando que fuesen sus amiguitos con cestas cargadas de ricas golosinas. En el umbral de la puerta, un extraño payaso de tez blanca, nariz colorada y amplia sonrisa, balanceaba en su mano izquierda una pequeña cesta de mimbre, mientras la derecha, la mantenía oculta a su espalda, susurró algo que María no alcanzó a entender e inmediatamente dio un paso al frente.</div><div style="text-align: justify;">A las 20.10, Jesús llamó a su mujer, la reunión había sido mucho más rápida y fructífera de lo que aguardaba. Amelia le pidió que fuese directo a casa, a pesar de que el servicio de asistencia no tardaría en llegar, ella se encontraba a 36 km. de casa y el podía llegar en sólo diez minutos.</div><div style="text-align: justify;">A las 20.25 Jesús apagó el motor de su Ford Taurus en la entrada del garaje, bajó del vehículo y se dirigió a la puerta principal de su casa, varios jóvenes y niños alborotaban la tranquila urbanización privada. Tiraban petardos mientras gritaban y corrían de casa en casa. Caminaba distraído mirando a los pequeños y tropezó con algo, una pequeña cesta de mimbre con algunas golosinas en su interior, extrañado la recogió y la llevó hacía la puerta, un golpe de temor y calor repentino se apoderó de él al comprobar que la puerta estaba entreabierta y no había nadie cerca de ella, irreflexivamente, saco del interior de su chaqueta un pequeño revolver que había comprado hacía 3 años, justo antes de trasladarse a la urbanización y cuando todavía vivían en un barrio de los considerados peligrosos. Abrió la puerta del todo y entro en la casa con cautela, llamó por María, pero no obtuvo respuesta, estaba a punto de llamar a su hijo cuando lo vio tirado en el suelo del pasillo que daba al salón, era imposible, se dio cuenta de que algo muy malo tenía que haber sucedido para que su hijo dejase tirado allí su disfraz de Frankenstein.</div><div style="text-align: justify;">Jesús comenzó a sudar, por su mente los pensamientos, malos pensamientos, se agolpaban provocándole una mezcla nunca antes vivida de preocupación y temor, ni el mismo se atrevía a reconocer que realmente era terror lo que recorría su cabeza y el que erizaba el vello de su espina dorsal.</div><div style="text-align: justify;">Siguió caminando con mucha cautela y de repente, por el rabillo del ojo lo vio venir, el payaso salió corriendo hacia él desde el interior de la cocina, en su mano portaba un enorme cuchillo. Jesús, se giró y cerró los ojos a la vez que apretaba el gatillo dos veces; El payaso salió impulsado hacia atrás, un disparo en el pecho y otro en su ojo derecho acabaron con su vida en un segundo. Las manos de Jesús temblaban como las de un anciano afectado por párkinson, todavía no se había movido ni un centímetro cuando aparecieron corriendo María y Pedro, la joven grito al ver el cuerpo ensangrentado de su hermano. Jesús soltó el revólver y al bajar la vista, comprobó que había caído al lado del cuchillo que portaba el payaso, un enorme cuchillo de plástico.</div><div style="text-align: justify;">Cuando Amelia llegó a casa, la calle estaba tomada por vecinos curiosos, coches de policía y un par de ambulancias. Entró corriendo en la casa y se dirigió a su hijo que sentado en un sofá, lloraba sin producir un solo sonido, lo abrazó y observo que el traje de Frankenstein que tenía puesto era nuevo, pensó que María, como le había prometido, había decidido regalarle uno nuevo de su talla.</div><div style="text-align: justify;">Halloween era sin dudarlo su fiesta preferida. A las 20.00 h. Pedro enfundó su disfraz favorito, un perturbador disfraz de payaso de tez blanca, nariz colorada y amplia sonrisa, recogió el revólver de su mesilla y miró su imagen reflejada en el espejo, estaba a punto de cumplir los veintiún años. Se acercó a su otro yo inverso hasta casi tocar el cristal y dirigiéndose a su imagen susurró… Feliz Hallowen.</div> <span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Hallowen \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-7327286489305826272009-10-28T23:59:00.000+01:002009-11-20T18:15:02.720+01:00Stephen (IV)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs90C2maH5nvHgEj-3hWMTBLx-6sozd7RHAj6E7SA6keOXka3Em6H2GpWqp5uIKm6e6jK2-O0y-9Gw-9IYOkE_1I5vCNezhWsnmq91jHM5XxQJUH5Cn84rVKvG9rndkhDbQuy9C_u0O5k/s1600-h/2.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-3px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 33%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs90C2maH5nvHgEj-3hWMTBLx-6sozd7RHAj6E7SA6keOXka3Em6H2GpWqp5uIKm6e6jK2-O0y-9Gw-9IYOkE_1I5vCNezhWsnmq91jHM5XxQJUH5Cn84rVKvG9rndkhDbQuy9C_u0O5k/s1600/2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5397738452385004962" /></a><div style="text-align: justify;">Desconocía el tiempo que había transcurrido desde la última vez que estuvo despierto, desconocía donde se hallaba y apenas era capaz de recordar lo que había sucedido. Seis días atrás era un joven millonario, un afamado hombre de negocios, un gran amante de la aventura y según la prensa rosa, uno de los solteros de oro más deseados de Europa. Y ahora, se hallaba corriendo casi a ciegas por angostos pasadizos cavados en la tierra, en busca de un destino desconocido, agarrado a la mano de la joven que lo había despertado en mitad de la oscuridad, una joven de la que ni tan siquiera conocía bien su rostro y de la que incluso, sentía miedo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tras estar huyendo de múltiples voces, gritos y gruñidos salvajes durante un tiempo que no sabría calcular con exactitud, la carrera por fin se detenía, o eso creyó él. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Notó una cálida brisa en el rostro y para cuando se quiso dar cuenta, la joven saltó arrastrándolo a él como a un lastre. Caían al vacio como dos suicidas que aguardan el impacto definitivo contra el suelo firme.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De pronto la caída fue pasando de un estado vertical, a uno más horizontal de manera suave y tranquilizadora pero, imposible.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el vuelo, ella miraba al frente y él, la miraba a ella. Intentó hablar, pero no pudo, no supo que decir. Ella bajó la vista y le susurró que estuviese tranquilo, que todo estaba bien, que pronto estaría de nuevo en casa.</div> <span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Stephen IV \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-80529817349724015922009-10-10T23:58:00.003+02:002009-10-28T20:59:11.802+01:00Stephen (III)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB1X8LIZWBwVUvTJ3195UNeHdb5N3LFsI7_dwf2pVcGhu57e7ErenVrggNIwmSn6GI7BHsQNArGoWW-AeNlL8JfXsyRTTY0VMZt2sEiJ92K4jqefEytoOweuRxHCRYZZSr1YjrSLGyyOw/s1600-h/3.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-3px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 33%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB1X8LIZWBwVUvTJ3195UNeHdb5N3LFsI7_dwf2pVcGhu57e7ErenVrggNIwmSn6GI7BHsQNArGoWW-AeNlL8JfXsyRTTY0VMZt2sEiJ92K4jqefEytoOweuRxHCRYZZSr1YjrSLGyyOw/s1600/3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5391104559038811314" /></a><p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Abrió los ojos, y tuvo la sensación de que millones de pequeños alfileres se clavaban en sus retinas. Poco a poco fue adaptándose a la nueva iluminación. Se hallaba en una especie de cueva, pero su tamaño era mayor a cualquier construcción que hubiese conocido jamás.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Desde una alta suerte de bóveda, entraba la luz del sol a través de decenas de agujeros circulares realizados con diferentes inclinaciones. Los haces de luz se proyectaban directos al suelo, como los cañones de iluminación de un grandioso teatro. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Él sin embargo se hallaba tendido en un lateral oscuro, tan oscuro que apenas podía ver sus propias manos delante de su cara. Pudo calcular que la cornisa en la que se encontraba estaba <span style="mso-spacerun:yes"> </span>a 4 ó 5 metros del suelo en donde los cañones de luz natural, iluminaban a cientos de personas que caminaban con paso apurado y que desaparecían de su vista en cuanto abandonaban el nítido perímetro iluminado, unos segundos más tarde, aparecían de nuevo en el siguiente círculo de luz. Si no fuese por el dolor, si no fuese por el temor, la escena, incluso le podría resultar algo cómica.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En el borde de la cornisa en la cual se hallaba, pudo ver las siluetas de dos personas, un hombre y una mujer. A sus oídos llegaban palabras sueltas, pocas… pero indudablemente delataban una fuerte discusión, sobre todo las del varón. Tras unos segundos, el hombre avanzó unos pasos hacia el borde de la cornisa y desapareció en la oscuridad, ¿pero hacía donde?</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">La mujer se giró y avanzó hacia él. Stephen sintió miedo, intentó quedarse completamente inmóvil y cerró los ojos… </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Ella se tumbó a su lado y lo abrazó, él se dejó hacer, se sentía débil y necesitaba calor humano. De nuevo una pequeña punzada, de nuevo un pequeño dolor, de nuevo un embriagante alivio. Cerró los ojos y se durmió…</p> <span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Stephen III \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-50402831102861273872009-10-08T23:12:00.001+02:002009-10-09T00:11:41.652+02:00Stephen (II)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimikfnzRmcp8CuFiu4tCYP9F4f2RXakA7KgxrY0IrMqvahh7kFwVvT76QrNd0JRNivMPMfp1SWHC3Q9W-BbjDbb3qOOKK8XqASMYh8A6g81_NKoBk77-32RpXVv7KbUPGPh4hP4Dgl2iI/s1600-h/4.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-3px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 33%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimikfnzRmcp8CuFiu4tCYP9F4f2RXakA7KgxrY0IrMqvahh7kFwVvT76QrNd0JRNivMPMfp1SWHC3Q9W-BbjDbb3qOOKK8XqASMYh8A6g81_NKoBk77-32RpXVv7KbUPGPh4hP4Dgl2iI/s1600/4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5390319033621246930" /></a><div style="text-align: justify;">Una pequeña punzada, quizás un poco de dolor, pero el entumecimiento de todo su cuerpo y las terribles quemaduras ocasionadas por el sol apenas le permitían notar cualquier otra cosa. Y de repente, el alivio, la extraña sensación de que su piel recobraba de nuevo la elasticidad y la humedad que tanto anhelaba. Y de nuevo… abrió los ojos…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una imagen difusa por una proximidad excesiva, un aliento gélido en un lugar extremadamente caluroso. Una gota, que se precipitaba desde el rostro sin contornos hacia la línea de sus labios; espesa, tibia, húmeda, pero sobre todo… sabrosa. Se dejó acariciar por una sensación de bienestar que creyó que no volvería a disfrutar jamás. Y cerró los ojos…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">…Abrió los ojos. Ahora la sensación de bienestar había aumentado, pero también una angustiosa sensación de vacío, la misma que tuvo horas después de quedarse sin víveres, pero esta vez, la sensación no nacía en su estomago. Veía estrellas que se movían con rapidez, sintió vértigo y cerró los ojos…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">…Abrió los ojos. Se sentía flotar, juraría que la sensación era muy similar a viajar en globo con la suave brisa de la tarde, seguía viendo estrellas en movimiento, seguía viendo un rostro difuso pero aparentemente hermoso. De pronto la sensación de caída, de descenso rápido en un profundo pozo, la oscuridad que lo envolvía, el vacío que lo devoraba por dentro, el vértigo ante lo desconocido. Cerró los ojos…</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Stephen II \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-41817243795857184632009-10-06T23:58:00.000+02:002009-10-07T03:40:06.791+02:00Stephen<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy4lOPw7Chysr4VkWP3HygN50Xsj-qq09lHsqJRgyXv2bUapA1yBCXTLgGv1D77s_VLpGyKc-4xmeYb9Zmqp7DvoDOYctLYZmA8RroJ68UgbfDizA4nGrd_Jq5M92-8B2vKoxeU39KS2k/s1600-h/desierto+del+escritor2.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin: 0px -11px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 35%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy4lOPw7Chysr4VkWP3HygN50Xsj-qq09lHsqJRgyXv2bUapA1yBCXTLgGv1D77s_VLpGyKc-4xmeYb9Zmqp7DvoDOYctLYZmA8RroJ68UgbfDizA4nGrd_Jq5M92-8B2vKoxeU39KS2k/s1600/desierto+del+escritor2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5389663009587464898" /></a><div style="text-align: justify;">En el fondo era graciosamente irónico, se había hecho multimillonario vendiendo al mundo entero la mejor agua mineral del planeta y ahora, su afán por la aventura y una avería en su globo aerostático, lo condenaban a morir de sed en medio de aquella inmensa soledad. Cerró los ojos...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">...Abrió los ojos. Una muchacha se acercaba caminando ágilmente, indudablemente era un espejismo, porque la joven caminaba completamente descalza sobre la abrasadora arena del desierto. Cerró los ojos...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">...Abrió los ojos. La joven lo miraba desde la altura, tapaba ligeramente la imagen de la luna llena que embellecía con su presencia aquel paisaje, aquella trampa mortal. Se arrodilló a su lado y Stephen, fue perdiendo la conciencia con la sensación casi real, de que la joven le levantaba ligeramente la cabeza. Cerró los ojos...</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Stephen \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://elrincondelescritor.sombragris.com/?page_id=375" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-7482751711951784932009-10-04T23:55:00.000+02:002009-11-20T18:15:31.742+01:00La hija del predicador<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi48WDggYDcBC5PTw313OhkxFI-YLgoov-MXUMGcr6tyF8n1MThlMBUAh7xTENHJaqZshfgBN7B2d8yGPgEuATyYdtzvM1c53pTkUO5sMT2jGIYzjscdb742xLd30vPrNDgZRNwvjK8Fa0/s1600-h/Predicador.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-15px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 35%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi48WDggYDcBC5PTw313OhkxFI-YLgoov-MXUMGcr6tyF8n1MThlMBUAh7xTENHJaqZshfgBN7B2d8yGPgEuATyYdtzvM1c53pTkUO5sMT2jGIYzjscdb742xLd30vPrNDgZRNwvjK8Fa0/s1600/Predicador.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5388719796264914978" /></a><div style="text-align: justify;">Sólo un descuido ha sido suficiente. Tanto tiempo ocultando mi pasado, borrando mis huellas y en un segundo, mi vida gira de nuevo 180 grados y se desliza imparable por una pendiente directa al abismo.</div><div style="text-align: justify;">Que tonto he sido. No puedo creerme que hubiese sido tan descuidado para dejarme pillar así, con los pantalones sobre la silla del deposito y copulando con la joven hija del predicador. ¿Y ahora qué?, ahora nada, sé perfectamente que nada puedo hacer sino huir de nuevo, intentar alejarme de este maldito pueblo sin dejar rastro y cambiar de nuevo de identidad, de forma de vida, de aspecto. </div><div style="text-align: justify;">Pero en el fondo, en lo más profundo de mi negra alma, reconozco que me siento satisfecho. No porque la hija del predicador sea una joven muy atractiva, ni por su formidable y juvenil cuerpo, sino por ser precisamente quien era, la hija del predicador Franklin J. Thompson. El hombre que a través de los medios de comunicación, me señalaba constantemente con su dedeo acusador, a pesar de que ni él mismo sabía que cada vez que lo hacía, se refería a una persona de su entorno, a una persona de su plena confianza. </div><div style="text-align: justify;">Si no fuese porque era su hija, simplemente sería una más para mí. Por supuesto que me la hubiese tirado igualmente, pero la belleza, el cuerpo, la simpatía, eran solo ornamentos, ornamentos a los que suelo dar muy poca importancia, total, que fuesen más o menos guapas o jóvenes nunca me importó en demasía, para mí un cadáver es sólo eso, un cadáver. Carne “fresca” para follar que me excita hasta perder el sentido.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: La hija del predicador \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://www.robertomarquino.com/blog/?p=279" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-14321961664980369862009-10-02T23:59:00.000+02:002009-11-20T18:15:53.452+01:00Siete<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaSrwIuJ5R4Y8idyYkc5Yb6wmZV8xBXmvNcsBj9WtkbFgnNW1mMlFv7ooZk1t_JcH5Uui-5wCHYsxEyxv4V3h4jmg9XsKPt8aghDjK4Nn0kJgTXTMWzTzXIASsr-GOB3bHHE4VIrHiy_0/s1600-h/siete.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-15px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 40%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaSrwIuJ5R4Y8idyYkc5Yb6wmZV8xBXmvNcsBj9WtkbFgnNW1mMlFv7ooZk1t_JcH5Uui-5wCHYsxEyxv4V3h4jmg9XsKPt8aghDjK4Nn0kJgTXTMWzTzXIASsr-GOB3bHHE4VIrHiy_0/s1600/siete.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5387998413123063938" /></a><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete sentimientos narrados en siete frases.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete canciones que silencian siete llantos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete amores convertidos en siete tentaciones.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete sueños rotos en siete segundos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete poemas de amor subastados a cambio de siete besos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete deseos transformados en siete pecados.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Siete gritos ahogados en siete Susurros.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Siete \ Género: PS \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://www.liderazgoyvision.org/" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-13180057385849435022009-09-30T00:02:00.000+02:002009-11-20T18:16:20.502+01:00La esfera<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0Kff8t75Xl8eJ2-E6LqwWlcy3wgIJJc9LimNSzNnE8PiFM98FsBUfjzdm8rjRsxUYAht1kDr_f4XS3HpaQZnNdGS6ZDI3gXumFoStSqwYAr0lMcKl_Id-4BBj3IfRroWYPPELvcqF8iE/s1600-h/cenizas.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-10px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0Kff8t75Xl8eJ2-E6LqwWlcy3wgIJJc9LimNSzNnE8PiFM98FsBUfjzdm8rjRsxUYAht1kDr_f4XS3HpaQZnNdGS6ZDI3gXumFoStSqwYAr0lMcKl_Id-4BBj3IfRroWYPPELvcqF8iE/s1600/cenizas.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5385732016429085314" /></a><div style="text-align: justify;">La levantó con sumo cuidado, lentamente la depositó encima de una vieja mesa, retiró el paño con el que la había recogido y en el que la había trasladado. La observó largo tiempo, atraído por el brillante y monótono color grisáceo del metal pulido. </div><div style="text-align: justify;">Dio vueltas alrededor de la mesa buscando algún orificio, algún botón, alguna arista, pero no encontró nada, era una esfera perfecta. Ligeramente, acarició la limpia superficie con su dedo índice y una serie de pequeñas luces se fueron encendiendo poco a poco, primero por un lado y luego, iluminando la casi totalidad de la esfera.</div><div style="text-align: justify;">Al mirar más de cerca, pudo ver una serie de letras que supo reconocer de inmediato, United States Army, y una fecha, 02.21.2116. La fecha, era de finales de la gran guerra, hacía muchos años que ya nadie encontraba restos de esa contienda, y muchos más, que nadie quería hablar de ella.</div><div style="text-align: justify;">El joven siguió mirando con atención las luces de la esfera. Una serie de dígitos marcaban lo que parecía una cuenta atrás, 32, 31, 30, 29… de inmediato supo que era lo que había encontrado. Su corazón se desbocó, recordó las historias que su anciano abuelo le contaba en la cueva en la que vivían, durante las frías y largas tardes de invierno. Historias que hablaban de la Gran Guerra que había tenido lugar cuando él, su abuelo, no era más que un niño. Le habló de cómo una vez más, fanáticos religiosos habían enfrentado a hermanos contra hermanos, en una Gran Guerra Mundial nunca conocida hasta entonces. Le contaba historias sobre las “EC” o “Esferas de Ceniza”. Llamadas así por su color grisáceo y porque después de ellas, ceniza era lo único que quedaba en miles de kilómetros a la redonda.</div><div style="text-align: justify;">Un cegador fogonazo le obligo a cubrir sus ojos, devolviéndolo a la realidad el tiempo justo para pensar, que había sido un grave error llevarla a casa. Al último lugar con vida, en el desolado planeta Tierra.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: La esfera \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://images.google.es/imgres?imgurl=https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibvZWmqw7LF0lTzeAjnO57VjgktGYRTJ3Ot4TXh52kJ6E4eFioC3YVgLpSP2VDFy7gspjGFSDP9vHWny74IBB2zg_arquYf3y7kXEEIg6jLND1zH1hPWq46OuKI8X9wB3wzTwf4TsrFMI/s400/cenizas.jpg&imgrefurl=http://maniespipoqaspapitasfritas.blogspot.com/2009/01/miercoles-de-cenizas.html&usg=__Xt6k4g4n3DxU-ToOQ7Py-B3Isgo=&h=300&w=300&sz=28&hl=es&start=1&sig2=9NzZmNT9yaENM5rDpxPEJQ&um=1&tbnid=GBtnuy9puwvqwM:&tbnh=116&tbnw=116&prev=/images%3Fq%3Dcenizas%26hl%3Des%26sa%3DG%26um%3D1&ei=FfW9StLHEdi7jAfBhbEX" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-63234424202880019792009-09-28T23:57:00.000+02:002009-11-20T18:16:50.326+01:00El pacto<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnlhG_xJkNW5s9sjO76LTqbgqcoItNqs62csqReLM5XdYFg08ll6NniQ6YzvlI40b1263q2aDsnHOU-mhIzZ8GQ4iQb76XUp00JriiVZa71rv7NmFhPmPjoSEgrvEBqzjlOaI7v9gK7Oc/s1600-h/fotoquienesomos.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-10px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnlhG_xJkNW5s9sjO76LTqbgqcoItNqs62csqReLM5XdYFg08ll6NniQ6YzvlI40b1263q2aDsnHOU-mhIzZ8GQ4iQb76XUp00JriiVZa71rv7NmFhPmPjoSEgrvEBqzjlOaI7v9gK7Oc/s1600/fotoquienesomos.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5385749674538042866" /></a><div style="text-align: justify;">Cuatro años, seis horas, dieciocho minutos. Ese era el tiempo exacto que llevaba esperando este momento, y no porque desease que llegase, sino más bien por todo lo contrario, su alma, sobre todo su alma, aguardaba que este momento no llegase jamás.</div><div style="text-align: justify;">Casi sin darse cuenta, ya habían transcurrido cuatro años desde aquel accidental encuentro con el Señor oscuro, un encuentro en el que se vio obligado a utilizar todas sus dotes de ingenio para convencerlo, convencerlo de que podía serle mucho más útil en esta vida que en la otra.</div><div style="text-align: justify;">Cuatro años en los que con exagerada regularidad, le había estado entregando inocentes almas a cambio de mantener la suya propia. Pero aun así, a pesar de haber cumplido fielmente su parte del pacto, la insaciable voracidad de aquel oscuro ser lo llevaba a querer cobrar lo que ahora reclamaba como suyo.</div><div style="text-align: justify;">Esta vez, nada pudo hacer para convencerlo. El diablo abrió su boca y en medio de un nauseabundo olor a putrefacción, el alma del doctor fue devorada por la negrura de la muerte.</div><div style="text-align: justify;">Al día siguiente, la clínica de abortos ilegales cerraba sus puertas por defunción. </div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: El pacto \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://www.iltechmarketing.es/" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-59816757824804410892009-09-26T23:55:00.000+02:002009-11-20T18:17:17.090+01:00Game Over<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4X5n7BzGaNuetsouTfGe42E5Kd4ihC1t7TiDLye-NRSFSckrxRsOWOx8lhnScqsO-YeKCW7ogGYdN__eRdyQCfsGzVLSG8JfbNomIwJu2s7zhPPCPg9SGTtN1IrZiIEhbqlCeXGQE2g8/s1600-h/casablanca_oval200109.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-15px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 40%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4X5n7BzGaNuetsouTfGe42E5Kd4ihC1t7TiDLye-NRSFSckrxRsOWOx8lhnScqsO-YeKCW7ogGYdN__eRdyQCfsGzVLSG8JfbNomIwJu2s7zhPPCPg9SGTtN1IrZiIEhbqlCeXGQE2g8/s1600/casablanca_oval200109.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5385788322244181874" /></a><div style="text-align: justify;">Ser el presidente, conllevaba una responsabilidad que muy pocos conocían, incluso algunos hombres que lo habían antecedido en el cargo, desconocían, la enorme responsabilidad que tenían entre sus manos. Débiles e ingenuos, pensó.</div><div style="text-align: justify;">Pero él no era así, él sabía perfectamente cuál era su responsabilidad y lo más importante, sabía qué debía hacer llegado el momento. Presupuso que los que quedasen lo considerarían el mayor genocida de la historia, pero él sabía que lo que iba a hacer era necesario. La sociedad había dado la espalda a Dios, y otros, aprovechando esta debilidad de fe, imponían su doctrina por todo el mundo.</div><div style="text-align: justify;">Al igual que a otros antes, el mensaje divino le llegó alto y claro, había llegado la hora, era necesario un nuevo reinicio.</div><div style="text-align: justify;">Se sentó en la soledad de su despacho y lentamente abrió el maletín, giró la pequeña llave, introdujo un código alfanumérico y levantó el teléfono interno. Al otro lado de la línea, una nerviosa voz solicitaba una contraseña, tras dársela, el botón que curiosamente tenía forma de hongo se iluminó.</div><div style="text-align: justify;">Rezó durante unos minutos, puso su firme mano sobre el botón, cerró los ojos y lo pulsó. ¡Game over!</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Game Over \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://actualidad.orange.es/fotos/curiosidades-de-la-casa-blanca/el-despacho-oval.html" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-23873147067633094262009-09-24T23:02:00.003+02:002009-09-25T15:59:16.157+02:00La Flor<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9LO7KGH4cSfEptgE6rwTmWAzvnl4aciakMsKoLG10X8mJnq9_j8LR9LG7nnnwV-ot8DkGWg0rLVonktfPrmQFG7m7EoLua2L6dZHktu3P5sQRXMUXZUzpUX4yBLYjLlstlS8bQAU1WF8/s1600-h/rosa-de-papel.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-15px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 25%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9LO7KGH4cSfEptgE6rwTmWAzvnl4aciakMsKoLG10X8mJnq9_j8LR9LG7nnnwV-ot8DkGWg0rLVonktfPrmQFG7m7EoLua2L6dZHktu3P5sQRXMUXZUzpUX4yBLYjLlstlS8bQAU1WF8/s1600/rosa-de-papel.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5385138967546191682" /></a><div style="text-align: justify;">Permanecía sentado al fondo de la sala, junto al gran ventanal que daba al patio. Miraba como las primeras hojas del otoño se arremolinaban en una esquina sombría. A ratos volvía sus ojos hacia la pantalla del televisor, siempre la misma rutina, siempre la misma telebasura. Veinte segundos de publicidad fueron suficientes para captar su atención, una preciosa niña, jugaba con su madre en un anuncio que ya no recordaba que anunciaba. Eso era lo de menos, lo demás, era que aquella niña, aquel angelical rostro, le recordó a su hija, y entonces se dio cuenta.</div><div style="text-align: justify;">La pequeña de la tele no le permitía ver otra imagen, la imagen de su niña. Cerró los ojos, pero fue totalmente incapaz, su pequeño rostro ya no aparecía en su mente. Intentó encontrar la imagen rebuscando entre sus recuerdos, entre lo mejor y lo peor de su errónea vida, pero no la encontraba.</div><div style="text-align: justify;">La angustia provocaba que cada vez respirase con mayor dificultad, el pulso se le aceleraba hasta ritmos peligrosamente anormales, pero eso, sólo ayudaba a que su mente trabajase en otra dirección, muy lejos de a donde él quería llevarla.</div><div style="text-align: justify;">Pasaron las horas y su deseo, aumentaba proporcionalmente al mismo ritmo que lo hacía su miedo, un miedo atroz que le mordía insaciablemente en algo parecido a lo que podría ser su alma. Las lágrimas, llevaron a sus labios el salado sabor del dolor y del arrepentimiento. </div><div style="text-align: justify;">Decidió que no quería seguir así, que el momento era ahora o que seguramente, jamás volvería a tener el valor suficiente. Por una vez en su vida haría lo correcto, costase lo que le costase.</div><div style="text-align: justify;">Lentamente consiguió dormirse, lentamente consiguió soñar, soñar con su madre, que tantas lágrimas había derramado por él. Soñar con sus hermanos, victimas colaterales de sus múltiples errores. Soñar con su padre, que pudo estar equivocado en muchas ocasiones, pero que ahora, en este momento, lo perdonaba porque el también conocía la dificultad de ser padre. Con su novia, con la que estuvo a punto de conseguirlo. Y, con su hija. Por fin, ahí estaba, caminaba hacia él con una preciosa sonrisa, con sus enormes ojos llenos de vida. En su pequeña mano llevaba una flor de papel, se acercó, lo besó en la mejilla y le dio la flor. Él la cogió de la mano, y entre risas, se alejaron caminando.</div><div style="text-align: justify;">Por la mañana, lo encontraron muerto en su celda, con una sonrisa en los labios, en sus manos, un bote vacio de tranquilizantes y una flor de papel.</div><div style="text-align: justify;"><i>(A, J.M.M.B y a tantos anteriores)</i></div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: La Flor \ Género: Ficción (basado en hechos reales) \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://www.mundofotos.net/negro_blanco/720207" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-30023393786500112362009-09-20T23:59:00.000+02:002009-11-20T18:17:39.687+01:00Mundo artificial<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGkfbmuu0Hw2Ss5HLuSzI_CkbMosszFLDzut2JjwrjY9aYTq1_wzFYcKYnmSNecDzgHZFXBh5sRR-gsz6lBnMSi2DzbYPFglJEBPXKwPkKMlFIp9cIbwEPAzdHpnEUiLIlFYxpe2uklrk/s1600-h/Mujer+serpiente.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:4px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGkfbmuu0Hw2Ss5HLuSzI_CkbMosszFLDzut2JjwrjY9aYTq1_wzFYcKYnmSNecDzgHZFXBh5sRR-gsz6lBnMSi2DzbYPFglJEBPXKwPkKMlFIp9cIbwEPAzdHpnEUiLIlFYxpe2uklrk/s1600/Mujer+serpiente.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383233942640991234" /></a><div style="text-align: justify;">Le gustaba descansar después de comer, y tenía que reconocer que la comida había sido opípara. No era que madrugase mucho, pero dormir le gustaba casi tanto como comer.</div><div style="text-align: justify;">Se durmió enseguida y soñó. Soñó que se arrastraba sobre un lecho de hojas secas, soñó con un enorme bosque lleno de vida, soñó con niños que lloraban, soñó con gigantes que le acosaban, soñó con un mundo y una vida… que sólo recordaba en sueños.</div><div style="text-align: justify;">Despertó desorientada, a través del cristal pudo ver que varias personas la observaban, los curiosos ojos revelaban una mezcla de admiración y miedo. Reptó por la seca y muerta rama de la jaula y se enrolló en la parte más alta. La mujer-serpiente siseó desafiante, mientras pensaba que jamás se acostumbraría, a este nuevo mundo artificial.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Mundo artificial \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (<a href="http://www.cinepalomitas.com/2009/05/03/hisss-el-mito-de-la-mujer-serpiente/" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-3512844797483993282009-09-19T20:24:00.003+02:002009-09-20T19:56:19.148+02:00Sopa fría<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6qURSn0B9NECc9GErO-YmFeY4CAAeHHLrLxC0C5ttDo9BSTm1FHnEVtSeYBW8IxYaj-mHprvHszIly9IXbMvce2h55blYBnQS4L5ptT6hrB_wV59ZoVhMPThl126ridLk6U59ee2je8U/s1600-h/sopa-de-gambas-y-fideos+trans.png"target="blank"><img style="float:right; margin:-3px -11px 0px 5px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6qURSn0B9NECc9GErO-YmFeY4CAAeHHLrLxC0C5ttDo9BSTm1FHnEVtSeYBW8IxYaj-mHprvHszIly9IXbMvce2h55blYBnQS4L5ptT6hrB_wV59ZoVhMPThl126ridLk6U59ee2je8U/s1600/sopa-de-gambas-y-fideos+trans.png" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5383219791954348642" /></a><div style="text-align: justify;">Esperó a que la sopa enfriase un poco, cogió la cuchara y la probó, estaba rica, pero no lo reconocería ante su esposa. Apuró hasta la última cucharada, tras unos minutos, yacía en el suelo, sus ojos estaban rojos por efecto del veneno. Su esposa retiró el plato y lo llevó al fregadero. No veía bien por culpa de la hinchazón y los moratones, pero sabía que eso nunca le volvería a ocurrir.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Sopa fría \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (<a href="http://www.cocina.org/tag/sopa-de-gambas-y-fideos-de-arroz" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-41002088603173623112009-09-18T16:57:00.004+02:002009-09-19T16:12:22.832+02:00La oficinista<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0aFFTGzuFVxydRVkIwHcnfaCPsr-rv5X9f3bli_WSJ1CgAgqKT96vi9QiZBpRQz64VG1u911TXtl6xu1rEQDCCbZzgaiqhiAsXkq1oH5Mo0DWLZYP3vWr4pkD0-xtRZetQIRvWaa5Ikc/s1600-h/durmiendo_en_la_oficina.jpg"target="_blank"><img style="float:right; margin:-10px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 37%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0aFFTGzuFVxydRVkIwHcnfaCPsr-rv5X9f3bli_WSJ1CgAgqKT96vi9QiZBpRQz64VG1u911TXtl6xu1rEQDCCbZzgaiqhiAsXkq1oH5Mo0DWLZYP3vWr4pkD0-xtRZetQIRvWaa5Ikc/s1600/durmiendo_en_la_oficina.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5382816307061688594" /></a><div style="text-align: justify;">Navegaba sin mucho interés, saltaba de unos enlaces a otros casi sin mirarlos. Llegó a un blog que se llamaba “El Susurrador de Medianoche”, un blog de relatos más, pensó ella. Iba a cambiar de página cuando algo le llamó poderosamente la atención, un post mostraba la foto de una oficina, y si la llamaban a jurar, diría que era en la que se hallaba en ese momento, la de su propia oficina.</div><div style="text-align: justify;">Pensó que quizás el blog era de algún desempleado, pero mirando la foto más detenidamente, se dio cuenta por algunos detalles de que era muy reciente, a lo sumo tendría un par de semanas, y ella trabajaba sola desde hacía más de cuatro meses.</div><div style="text-align: justify;">Intrigada comenzó a leer el post. Hablaba de una oficinista que navegaba por la red sin mucho interés, donde descubría una foto de su propia oficina. </div><div style="text-align: justify;">Dejó de leer, se preguntó qué estaba sucediendo, pero fue incapaz de imaginarse algo mínimamente coherente, era una situación de esas que cuando la ves en el cine de ficción, casi la consideras como algo normal, pero si la vives en primera persona, hace que un miedo casi instantáneo se apodere de ti. </div><div style="text-align: justify;">Volvió a mirar a la pantalla y tuvo la sensación de que el post había aumentado de tamaño, como si al otro lado de la red, alguien estuviese escribiendo al mismo tiempo que ella leía. Saltó varias líneas para adelantarse en la lectura, leyó donde decía que la oficinista saltaba varias líneas del post, un escalofrío recorrió su espalda y notó como se tensaba el vello de sus brazos.</div><div style="text-align: justify;">Era imposible, incluso era imposible que fuese una broma, nadie, excepto ella, tenía acceso a la oficina o a la clave del ordenador.</div><div style="text-align: justify;">Dudó un momento, directamente comenzó a leer el último párrafo del post.</div><div style="text-align: justify;"><i>“Dudó un momento, directamente comenzó a leer el último párrafo del post, pero a su espalda, un ruido desconocido la interrumpió, se volvió temerosa. Lo que estaba tras ella se abalanzó con una rapidez brutal y aun así, para cuando la hubo alcanzado, el corazón de la oficinista ya había dado su último latido”</i></div><div style="text-align: justify;">Observó aterrorizada como la foto del post había cambiado, pero a su espalda, un ruido desconocido la interrumpió.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: La oficinista\ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (<a href="http://www.peoplecnc.com/blog/2007/04/13/como-dormir-en-el-trabajo/" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-34682196348304621732009-09-16T23:20:00.002+02:002009-09-17T15:46:16.816+02:00El negociador<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOTm7VmK4OMKvJNQ4WZBwvIOXouo-J0rkgZJ0xNx1K146-rjAHeKUvlvZHkYG7lSJae25UaWfGehk7rdwoSPRGzC8DZ0HZKuFQm6U9Ih1jKf0lYDM714cG-f5VLkP1fLGNuC-kSl2GVdQ/s1600-h/1239095417_0.jpg"target="_blank"><img style="float:right; margin:-4px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 38%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOTm7VmK4OMKvJNQ4WZBwvIOXouo-J0rkgZJ0xNx1K146-rjAHeKUvlvZHkYG7lSJae25UaWfGehk7rdwoSPRGzC8DZ0HZKuFQm6U9Ih1jKf0lYDM714cG-f5VLkP1fLGNuC-kSl2GVdQ/s1600/1239095417_0.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5382220114414432626" /></a><div style="text-align: justify;">El agente especial llegó a los pocos minutos del suceso. Una posible discusión por drogas, había finalizado con un joven muerto a balazos.<br />El agente era especialista en liberación de rehenes, pero en este caso, intentaría convencer al asesino de que se entregase antes de que alguien le volase la tapa de los sesos.<br />El comisario le recomendó que lo dejase, entrarían por la fuerza y todo acabaría en cuestión de segundos. El agente se negó, a pesar de llevar más de una hora intentando convencer al asesino, no permitiría que hubiese más bajas, con la muerte de un adolescente sería suficiente por hoy.<br />Después de casi cuatro horas de negociación, el joven abandonó el lugar con las manos en alto, el agente se acercó mientras lo esposaban y le dijo al muchacho que había hecho lo correcto. El joven lo miró y sonrió, sonrió como alguien que no se siente culpable, como alguien que no se arrepiente ante nada ni ante nadie.<br />El agente entró en la casa y cuando se acercó al cadáver las nauseas lo invadieron, se tambaleó, apoyó su mano contra la pared y lentamente, se fue cayendo al suelo hasta quedar sentado en este.<br />Los otros agentes lo miraron desconcertados, le preguntaron si se encontraba bien. Indudablemente sus compañeros, no habían reconocido el ensangrentado rostro de su hijo.<br />El mazazo final se lo dio saber que su hijo pudo haberse salvado. El forense certificó que no había muerto en el momento, sino unos minutos antes de que el asesino se entregase.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: El negociador \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (<a href="http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/07/internacional/1239095417.html" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-43894245130941724012009-09-10T20:58:00.003+02:002009-09-14T17:25:42.317+02:00Homicidio involuntario<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDNk2kDsgtmEubliX6KE07-Liq_3POJAJJ0aUR-UsG26J4G7pY2WM-DgQH2sQ1VIgCsSMf8OYUgzbi6tSav3f6ZFbdB_sY0ZIEXMWNH__4eTnuZh3iw_yvlUmlEWWCfUk3LDDbZEnazHk/s1600-h/Pistola+de+juguete.jpg"target="_blank"><img style="float:right; margin:-15px -10px 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDNk2kDsgtmEubliX6KE07-Liq_3POJAJJ0aUR-UsG26J4G7pY2WM-DgQH2sQ1VIgCsSMf8OYUgzbi6tSav3f6ZFbdB_sY0ZIEXMWNH__4eTnuZh3iw_yvlUmlEWWCfUk3LDDbZEnazHk/s1600/Pistola+de+juguete.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5379912424912685074" /></a>Iban de juerga como otras tantas veces habían hecho.<br /><br />Conducían por la ciudad a muy baja velocidad.<br /><br />El conductor tocó el claxon, el copiloto apuntó con una pistola de juguete a un peatón escogido al azar. El hombre se tiró al suelo.<br /><br />Los jóvenes se alejaron del lugar entre grandes carcajadas, como otras tantas veces habían hecho.<br /><br />La prensa del día siguiente hablaba de un conocido abogado que había fallecido de un infarto, mientras disfrutaba de su habitual paseo por el parque.<br /><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Homicidio involuntario \ Género: Ficción (basado en hechos reales) \ Autor: El Susurrador \ Imagen: de (<a href="http://www.folkcuba.com/stores/st_detpage1n.asp?offset=1000&id=1651" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-21837433017791318642009-09-08T23:45:00.000+02:002009-09-09T02:10:07.183+02:00El descubrimiento (II)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCX10VOWxt4LUxz4g3De_AE45XwpHYAz-IMt3L-V23yVnXTDl0vQAw_BuG4LUkmPtprAZtRIj_b2YBnFVAoPhnQLOCMMwOjABWg8yQdkk5W3sPXkdN_3FFFTMl92oolMbqccKxJRtCsl4/s1600-h/ramas_y_cielo+g.jpg"target="_blank"><img style="float:right; margin:-14px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 40%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCX10VOWxt4LUxz4g3De_AE45XwpHYAz-IMt3L-V23yVnXTDl0vQAw_BuG4LUkmPtprAZtRIj_b2YBnFVAoPhnQLOCMMwOjABWg8yQdkk5W3sPXkdN_3FFFTMl92oolMbqccKxJRtCsl4/s1600/ramas_y_cielo+g.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5379247316915341794" /></a><div style="text-align: justify;">El Doctor cogió la muestra y la guardó con sumo cuidado en un pequeño transportador que años antes había conseguido en una empresa farmacéutica. Debía de ser muy cuidadoso, pues aquella muestra era la única base real para el desarrollo de la vacuna. Reconocía que utilizar cadáveres y experimentar con enfermos, aunque estos lo hiciesen de manera voluntaria, era ilegal, y sabía que lo pagaría con la cárcel, pero sus intenciones nunca fueron otras que las de ayudar al prójimo, por eso, pese a todo, se sentía feliz, y estaba dispuesto a asumir sin protestar las penas que la ley dictaminase.<br />Salió del viejo laboratorio con el llamativo transportador de color naranja, su mente trabajaba a una velocidad incluso mayor a la que ya estaba acostumbrada. Se preguntaba si la OMS retrasaría mucho la salida al mercado de la vacuna, de esta milagrosa vacuna. Cada día que pasase, miles de personas morirían en todo el mundo por culpa del cáncer. Se preguntaba que estarían pensando en esos momentos sus compañeros de facultad, pero la prueba que él les mostraría en solo unos minutos, les haría entender y quizás comprender, algunas de las atrocidades que seguramente estarían descubriendo esos días.<br />Estaba a solo unos metros de la facultad cuando vio a un joven que salía a su encuentro, el doctor apuró el paso, si las banales preguntas de un estudiante podían resultar inoportunas, ese sin duda, era el momento más inoportuno de todos.<br />Cuando estuvieron cara a cara, el joven sacó de su chaqueta una pequeña pistola y con claros síntomas de ansiedad, le pidió el transportador y todo el dinero que llevase encima.<br />El doctor se dio cuenta de lo que estaba sucediendo porque lo había leído en la prensa recientemente. Algunos toxicómanos robaban los transportes de medicamentos cuando estos estaban llegando a su destino, y a la universidad, llegaban casi de manera diaria todo tipo de fármacos. Tanto para la propia farmacia de la facultad como para los laboratorios de investigación, y estos últimos eran una autentica tentación para cualquier drogadicto con mono.<br />El Doctor sabía que el joven no atendería a razones, calculó que con solo avanzar unos metros estarían a la vista de los vigilantes del centro, dio un paso y levanto la mano libre en señal de amistad. El joven, desconcertado, se sobresaltó e irreflexivamente disparó una pequeña bala que atravesó mortalmente el corazón del doctor.<br />Mientras yacía tendido sobre el césped, observó un pájaro que cantaba entre las ramas de un árbol, al fondo, el cielo azul de una preciosa mañana de octubre.<br />No le dolía su muerte, el cáncer que el mismo se había provocado, lo mataría igualmente en cuestión de semanas, meses a lo sumo. Le dolía más pensar que un joven, había desperdiciado su vida por culpa de las drogas, una preciosa vida a la que todos tenemos derecho y que con su cruz, con su debilidad, había condenado sin querer, a millones de inocentes en todo el mundo.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: El descubrimiento (II) \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (<a href="http://blogs.ya.com/elbosquecallado/200504.htm" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-75163861737145905862009-09-06T21:44:00.002+02:002009-09-09T02:11:16.550+02:00El descubrimiento<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN6-wRM7kuCSpoyHRKwFBeQhxmj0X0IzubcBXT3ssZAUtNu3x-NgR3nV912VD0OqY6O246rxhsnXGKzIHYFrn5MYsg7Iu0ZzIuD7UD7rneL9p3mrhkp9CdCaARA5OlZ8BG1HkIZxuC2D0/s1600-h/Petritrnsdos.png" target="blank"><img style="float:right; margin:-15px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN6-wRM7kuCSpoyHRKwFBeQhxmj0X0IzubcBXT3ssZAUtNu3x-NgR3nV912VD0OqY6O246rxhsnXGKzIHYFrn5MYsg7Iu0ZzIuD7UD7rneL9p3mrhkp9CdCaARA5OlZ8BG1HkIZxuC2D0/s1600/Petritrnsdos.png" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5378439869420494514" /></a><div style="text-align: justify;">Nadie podía saberlo y sin embargo, allí estaban, registrándolo todo, revolviéndolo todo.</div><div style="text-align: justify;">Había sido muy precavido, no había hablado con nadie de su secreto, jamás había escrito nada que hiciese referencia a ese lugar, nadie podía saberlo, era imposible y sin embargo allí estaban.</div><div style="text-align: justify;">Se acercó sigilosamente para intentar ver sin ser visto, observó como cogían los huesos y los guardaban en etiquetadas bolsas blancas, como intentaban descifrar la clave de acceso de su ordenador, como hacían fotografías de cada centímetro cuadrado de laboratorio, como guardaban las probetas, las muestras, las libretas de apuntes.</div><div style="text-align: justify;">Pensó que aquello era un castigo por su ineptitud, tenía que haberlo logrado meses antes, años antes, pero era incapaz, sabía que estaba a punto, pero con cada nuevo experimento llegaba un nuevo fracaso. Las arcadas abrieron las puertas del emesis y tuvo que alejarse de allí para no ser descubierto.</div><div style="text-align: justify;">Mientras caminaba, pensaba que tendría que comenzar de nuevo, que su trabajo sufriría un retraso, quizás insalvable. Mientras su mente viajaba de pensamiento en pensamiento, se acordó de su viejo laboratorio, en el que había comenzado todo, allí era a donde tendría que volver, al principio, para comenzar de nuevo algo imposible.</div><div style="text-align: justify;">Cuando llegó encontró el laboratorio tal y como lo había dejado. Había viejos microscopios, probetas llenas de polvo, antiguas muestras y varias placas de Petri, algunas de ellas, aun con las muestras que había abandonado cuando decidió seguir la nueva vía de investigación.</div><div style="text-align: justify;">No tenía más remedio que reutilizar aquel viejo material, y gracias a eso, descubrió algo asombroso.</div><div style="text-align: justify;">Tal y como le había sucedido a Alexander Fleming en 1928, el desorden, las prisas y su gran capacidad de observación le habían llevado a descubrir en aquellas viejas muestras, la solución al enigma.</div><div style="text-align: justify;">En una placa de Petri, se hallaba la muestra que más cerca había estado de dar resultados positivos, y precisamente eso, había sido lo que le había llevado a abandonar aquel laboratorio y trasladar sus notas y su investigación, al laboratorio secreto que poco a poco había creado en el campus de la universidad.</div><div style="text-align: justify;">Qué locura, la casi solución lo había inducido inexplicablemente a alejarse cada vez más de ella, y ahora, aparecía de nuevo debido al otro hecho inexplicable, el descubrimiento de su laboratorio secreto. Pero ya todo daba igual. Por fin había dado con la solución, y al parecer, un hongo, igual al que había ayudado a Fleming a salvar millones de vidas con el descubrimiento de la Penicilina, era en esta ocasión, el que marcaba la diferencia entre un fracaso y un milagro, la vacuna contra el cáncer.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: El descubrimiento \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (<a href="http://images.google.es/imgres?imgurl=http://hlspaces.com/newsletter/mold_petri_good_house.jpg&imgrefurl=http://hlspaces.com/Monthlynewsletter.htm&usg=__dFJ2EaTm1zyMmLxNfiotXewjkJE=&h=1146&w=1137&sz=44&hl=es&start=3&um=1&tbnid=uAqPI739kC8b-M:&tbnh=150&tbnw=149&prev=/images%3Fq%3Dpetri%26imgsz%3Dl%26hl%3Des%26sa%3DG%26um%3D1" target="_blank"><span class="Apple-style-span" style="color:#3333FF;">aquí</span></a>)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-80951342990233639822009-09-03T18:51:00.001+02:002009-09-03T18:53:55.751+02:00Ángel<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD1Zn-nNBXmWBFThD7Tmkz1YpThAj8zj-NJBGNxfWahMxz2hU2c8b0yrvj8VKYsDr7znWDLNHMgN_Lwi2iProbg3rgovnBJ7qdTqXvOWhIVAQHYQ9cKBszXBxyXpYCkSp_XsdfcFpML88/s1600-h/%C3%81ngel.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-10px -10px 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD1Zn-nNBXmWBFThD7Tmkz1YpThAj8zj-NJBGNxfWahMxz2hU2c8b0yrvj8VKYsDr7znWDLNHMgN_Lwi2iProbg3rgovnBJ7qdTqXvOWhIVAQHYQ9cKBszXBxyXpYCkSp_XsdfcFpML88/s1600/%C3%81ngel.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5377282240317626418" /></a><div style="text-align: justify;">Odiaba los martes, desconocía el motivo, pero era una sensación que la acompañaba desde su infancia. Por eso, tras 20 años de amarga tristeza, injusticias y soledad, había elegido un martes para poner fin a su vida.</div><div style="text-align: justify;">Lo tenía todo dispuesto, cogería su coche, subiría hasta lo alto del Monte, y desde allí, contemplaría por última vez la ciudad en la que había nacido, en la que había crecido y la que la había ignorado durante sus 20 años de existencia.</div><div style="text-align: justify;">Circulaba despacio, haciendo un repaso mental de su amarga vida, pensando de donde quitaría las fuerzas para llevar a cabo su plan y simplemente, no lo vio venir. A su derecha, un vehículo saltó un Stop e impactó contra la parte trasera de su coche. El golpe no fue muy fuerte, pero tuvo la sensación de que Vilagarcía, su ciudad, no le permitiría salirse con la suya. Ni tan siquiera en el que sería su último día de vida.</div><div style="text-align: justify;">Quedó sentada al volante, maldiciendo. Del otro vehículo descendió un joven que inmediatamente le suplicó perdón. Ella le dijo que no tenía importancia; ya no. El insistió en darle sus datos, le dijo que se llama Ángel, que estaba dispuesto a ayudarla en lo que fuese necesario mientras arreglaban su coche. Ella lo miraba incrédula, quizás aturdida por el golpe, quizás sorprendida de que alguien no intentase culparla a ella de lo sucedido.</div><div style="text-align: justify;">Estaba en la cama, mirando como Ángel dormía a su lado, habían pasado ya dos años desde que se habían conocido. Nunca se había imaginado que algún día se sentiría tan feliz. Jamás le contó que el día en que se conocieron, había decidido suicidarse.</div><div style="text-align: justify;">El despertó, la vio a su lado mirándolo, le dedicó una sonrisa. Jamás le confesó que lo sabía todo, jamás le contó que día a día, durante los últimos años, la había observado y se había enamorado de ella y que por ella, había renunciado a la inmortalidad.</div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:75%;">Título: Ángel \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (www.taringa.net)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-47203377596078484982009-09-01T22:29:00.001+02:002009-09-03T00:55:42.941+02:00El coleccionista de recuerdos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVdwEdvwK0R6adazUUDu-U5vlYeiOetJIDssuypuDvCK2jYTSKQxBAuyT6MhMxG281ONGpD8OMJXNd5JSyuG53ZX_VJgnjfUXtecAe5iNM_CFNlwGSUn_XKbP4L70TyYA1VPX1aIXZDIY/s1600-h/Trefacio+2.jpg" target="_blank"><img style="margin: -10px -10px 0px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 40%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVdwEdvwK0R6adazUUDu-U5vlYeiOetJIDssuypuDvCK2jYTSKQxBAuyT6MhMxG281ONGpD8OMJXNd5JSyuG53ZX_VJgnjfUXtecAe5iNM_CFNlwGSUn_XKbP4L70TyYA1VPX1aIXZDIY/s1600/Trefacio+2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5376593505128385218" border="0" /></a><div style="text-align: justify;">No recordaba cuanto tiempo llevaba allí tendido. pero no pudo evitar una dolorosa carcajada al pensar que después de tantos años, sus amigos, por una vez, tenían razón. Pero seguramente pasasen semanas, o incluso meses, antes de que ellos fuesen conocedores de este hecho.</div><div style="text-align: justify;">Llevaba años dedicándose al coleccionismo de recuerdos, o al menos esa era la descripción que a él le gustaba utilizar. Sus amigos en cambio, bromeaban diciendo que lo suyo era un claro síntoma del llamado síndrome de Diógenes en fase aguda y que algún día, le daría un buen susto. </div><div style="text-align: justify;">Mientras la mayoría de la gente aprovechaba las vacaciones para irse a la playa, a la montaña o incluso a conocer nuevas ciudades, él dedicaba el tiempo libre a visitar rastrillos de pueblos remotos en busca de esa antigualla que nadie quería y a la que él, resucitaría del olvido.</div><div style="text-align: justify;">Juguetes abandonados, descoloridos álbumes de cromos, viejos marcos de fotos, antiguos utensilios de hogar y toda clase de cachivaches oxidados a los que luego, pacientemente, devolvería todo su esplendor tras interminables horas de restauración.</div><div style="text-align: justify;">La última quincena de agosto, la había dedicado a recorrer la comunidad de Castilla y León, Aprovechando la cercanía y a sabiendas de que todos los lunes se celebraba allí un importante mercadillo, decidió acercarse al Puente de Sanabria a ver si conseguía algún “pequeño tesoro”.</div><div style="text-align: justify;">El camino de regreso lo hizo por carreteras secundarias, como era su costumbre. Estaba saliendo ya del pueblo de Trefacio cuando en lo alto de un monte, vio un viejo y apartado caserón, como siempre, no pudo, o más bien no quiso evitar desviarse para ver que ocultaba aquel inhóspito lugar.</div><div style="text-align: justify;">El aspecto del caserón revelaba que llevaba décadas abandonado, incluso lo que en su día había sido una robusta y maciza puerta de madera, se hallaba ahora inservible debido al abandono y a la podredumbre.</div><div style="text-align: justify;">Tras inspeccionar minuciosamente las plantas inferiores, se animó a subir a la planta más alta, quería aprovechar los escasos minutos de luz que aun faltaban hasta que la noche hiciese imposible continuar la exploración.</div><div style="text-align: justify;">Casi había terminado cuando en el rincón de una pequeña habitación, vio una vieja moto de hojalata, a pesar de la distancia y la oscuridad, observó que el estado de conservación era bastante bueno para los años que debía de tener. Con paso decidido se acercó, cuando la tuvo en sus manos, su rostro se iluminó al comprobar que estaba mucho mejor conservada de lo que le había parecido en un primer momento. </div><div style="text-align: justify;">De pronto un sordo crujido. Instintivamente intento saltar hacía un lado, pero el impulso solo ayudo a que la madera del suelo se quebrase por completo y su cuerpo, cayese violentamente hacía el piso inferior.</div><div style="text-align: justify;">Ahora sabía que tenía que haber soltado la moto y haberse preocupado más por la caída, pero por testarudez, casi siempre hacía lo contrario a lo que a priori parecería ser lo más sensato.</div><div style="text-align: justify;">El golpe contra un viejo y polvoriento aparador le había provocado alguna fractura grave. No tenía conocimientos de medicina, pero el chasquido de su espalda y la absoluta incapacidad de mover un solo musculo de su cuerpo no eran buena señal.</div><div style="text-align: justify;">Apenas habían pasado unos minutos cuando salieron a su encuentro. En un primer momento mostraron cautela y se mantuvieron a una prudente distancia. Ahora, campaban a sus anchas.</div><div style="text-align: justify;">Solo podía mirar hacia su derecha, hacia donde había quedado girada su cabeza tras la caída. Desde ese ángulo, la moto de hojalata parecía mucho más grande de lo que realmente era. Él se imaginó levantándose, se imaginó que era el motorista de hojalata sobre la vieja moto de juguete, se imaginó que montado sobre ella, se alejaba de aquel lugar y volvía a casa para mostrar en su blog, las últimas fotos hechas con su cámara polaroid, las fotos de su último gran descubrimiento, una preciosa moto de hojalata de los años 50.</div><div style="text-align: justify;">Cientos de pequeñas incisiones, como pequeñas puñaladas por toda su cabeza le comenzaban a provocar un dolor insoportable. La vieja moto de hojalata fue su última visión, ahora, centenares de sucias y viejas ratas roían y despedazaban sus aterrorizados ojos.</div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJuSBG7DfEfUIfdYuCHFTBKiTCO-RnD_1YSt7V2VgZr7zE7Om7-tBsuMgHahe6g1Sai74Zu7V7E_y2BSYHCDBNNSGjcVdVIywzf1MYMltf6gRPqhJdd6tDbP7Ddov8PHUnGgriVoAU9lI/s1600-h/Moto+Trefacio.jpg" target="_blank"><img style="margin: -4px 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 19%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJuSBG7DfEfUIfdYuCHFTBKiTCO-RnD_1YSt7V2VgZr7zE7Om7-tBsuMgHahe6g1Sai74Zu7V7E_y2BSYHCDBNNSGjcVdVIywzf1MYMltf6gRPqhJdd6tDbP7Ddov8PHUnGgriVoAU9lI/s1600/Moto+Trefacio.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5376595000435757938" border="0" /></a><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Título: El coleccionista de recuerdos</span><div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Género: Ficción</span></div><div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Autor: El Susurrador</span></div><div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Imagen: El Susurrador - Carretera entre el Puente de Sanabria y Trefacio<br />(Moto de hojalata - Internet, retocada por El Susurrador)</span></div>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-91340046055386392732009-08-26T21:04:00.000+02:002009-08-26T21:05:35.248+02:00Demencia narcótica<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdfjBXzazfFLZ1Ett6H99PLg31B0_2yq6fNzCKJTH7Yet5gHmVrNvplyrkn2NE7ICogaCBY8N4E8zWQvS7fIq_3EBpj9cRutBgxFzphj3V93yEeQx22fmu9er9x068KHFE0kq1agsVk-g/s1600-h/paranoia100.jpg" target="blank"><img style="float:right; margin:-10px -10px 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 45%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdfjBXzazfFLZ1Ett6H99PLg31B0_2yq6fNzCKJTH7Yet5gHmVrNvplyrkn2NE7ICogaCBY8N4E8zWQvS7fIq_3EBpj9cRutBgxFzphj3V93yEeQx22fmu9er9x068KHFE0kq1agsVk-g/s1600/paranoia100.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5374344063311190274" /></a><div style="text-align: justify;">Lo acechaba. Lo ahogaba. Le absorbía su existencia.</div><div style="text-align: justify;">Tenía que escapar. No podía vivir toda la vida con aquella presión.</div><div style="text-align: justify;">Algunos días, sentía que no le dejaba oxigeno suficiente para sobrevivir.</div><div style="text-align: justify;">No podía más. Tenía que acabar con esa situación.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto estuvo cerca, cogió el cuchillo y se lo asestó. Una vez, diez veces, cien veces…</div><div style="text-align: justify;">Necesitaba descansar.</div><div style="text-align: justify;">A la mañana siguiente fue volviendo en sí. Tenía frío. Estaba tendido en el suelo de la cocina pero no recordaba nada de lo sucedido.</div><div style="text-align: justify;">Tenía las manos manchadas de sangre. El suelo, las paredes… todo era rojo sangre.</div><div style="text-align: justify;">Se intentó incorporar y la vio en el pasillo. Sin fuerzas cayó de nuevo en el mismo lugar.</div><div style="text-align: justify;">Intento recordar, aclarar sus ideas. Le faltaba el aire. La angustia le apretaba el corazón como una mordaza.</div><div style="text-align: justify;">Vagamente recordaba cuando el terapeuta se lo había avisado.</div><div style="text-align: justify;">Vagamente recordaba cuando habían empezado las alucinaciones.</div><div style="text-align: justify;">Su cabeza giraba como una peonza en una espiral infinita.</div><div style="text-align: justify;">Ella le había suplicado. Le había rogado. ¡Le había ayudado!</div><div style="text-align: justify;">Él en cambio, la había matado.</div><div style="text-align: justify;">Recordó su infancia, a sus amigos, a su familia, a su esposa… que ahora yacía tendida en un oscuro reflejo de sangre coagulada.</div><div style="text-align: justify;">Recordó cuando las drogas habían entrado en su vida y cuando él, les había abierto las puertas de su frágil mente.</div><div></div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Título: Demencia narcótica \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: Internet (modificada por El Susurrador)</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-26816706222325339772009-08-21T12:55:00.000+02:002009-08-21T13:53:55.007+02:00El Faro de las Lunas<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiojUrYWpeUecOFwdqRTUrBCwD2AF_lHruG4cFNj5r3vWfEp13K8nb3spKlvWm6DDdusE9-yyLHRH-D57S9Av3yHk3iK-CsuwN22p-dv3mDxD3al6TrqJSmUIA0V2O-ByHbqN6FyN4jA8o/s1600-h/Faro+das+L%C3%BAas.png" target="_blank"><img style="float:right; margin:-20px -15px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 40%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiojUrYWpeUecOFwdqRTUrBCwD2AF_lHruG4cFNj5r3vWfEp13K8nb3spKlvWm6DDdusE9-yyLHRH-D57S9Av3yHk3iK-CsuwN22p-dv3mDxD3al6TrqJSmUIA0V2O-ByHbqN6FyN4jA8o/s1600/Faro+das+L%C3%BAas.png" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5372369888143711042" /></a><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">La fotografía era su pasión, bien es cierto que su trabajo como agente de la Guardia Civil apenas le dejaba tiempo libre, pero siempre que podía, cogía la Pentax y salía a explorar nuevos lugares para inmortalizar con su cámara. </div><div style="text-align: justify;">Ese domingo, fue el único del mes de agosto que le tocaba libre y la previsión de buen tiempo, le ilusionó como casi siempre conseguía hacerlo. Abandonó la casa cuartel de madrugada, un par de horas antes de que saliese el sol, quería estar allí en el momento en que este asomase por el horizonte, quería conseguir unas instantáneas con la luz y el color cobre que sólo los rayos del alba o del ocaso te permiten hacer.</div><div style="text-align: justify;">Encendió su vehículo y se puso en marcha, en la radio sonaba Sympathy for the Devil de los Rolling Stones, joder, todo le estaba saliendo a pedir de boca. </div><div style="text-align: justify;">Subió con el Suzuki hasta donde las pistas forestales se lo permitieron, luego tuvo que hacer el resto del camino a pié, hasta el claro donde se hallaba el Faro de las lunas.</div><div style="text-align: justify;">La obra escultórica estaba realizada en un metal pulido que en los días de sol, hacía que sus destellos se pudiesen ver a muchos kilómetros de distancia.</div><div style="text-align: justify;">Aprovechó los minutos que faltaban para el despunte de los primeros rayos y subió a la parte alta del mirador, desde allí pudo contemplar buena parte de la ría de Arousa. Podía ver con suma claridad las luces que iluminaban Villanueva, la Isla de Arousa e incluso Cambados. Se apreciaban ondulantes y repetitivos destellos en el mar, destellos provocados por las luces del Barbanza, e incluso siendo domingo, se podían contemplar las siluetas de algunos pequeños barcos que se dirigían a dar inicio a una ociosa jornada de pesca cerca de las bateas más próximas.</div><div style="text-align: justify;">Decidió bajar de nuevo, se dirigió con paso firme a la zona que días antes había elegido. Montó el trípode, aseguró la cámara, comprobó una vez más la velocidad, el diafragma, el enfoque, y se dispuso a tomar las primeras fotografías.</div><div style="text-align: justify;">Se arrimó con sumo cuidado de no tocar la cámara y visualizó a través del visor la composición de la imagen, solo quedaba apretar el botón del cable para que la cámara, de manera automática, iniciase una sesión de disparos con un corto intervalo 10 segundos entre ellos. El joven agente, pulsó el disparador. </div><div style="text-align: justify;">Continuó un buen rato en esa postura, sin apartar su ojo del visor, cuando de pronto, una mancha oscura cruzó por delante, levantó la cabeza de golpe pero allí no había nada, nada ni nadie por supuesto, que rayos había sido eso. Volvió a acercarse a la cámara, pensando que seguramente un ave había pasado por delante del objetivo mientras él observaba a través del visor. Volvió a mirar y tras tres o cuatro disparos, ¡joder, otra vez!, de nuevo esa maldita sombra, pero qué coño estaba pasando.</div><div style="text-align: justify;">Se acercó a la escalera que ascendía a lo alto del mirador, maldiciendo porque ahora tendría que anular todas esas fotos en las que él saldría como un modelo inoportuno e involuntario.</div><div style="text-align: justify;">Cuando llegó no lo vio, pero intuyó que a su lado había algo. Se giró y ahora la sombra estaba ahí. Era como una nube de polvo, de poco más de dos metros de altura, etérea, irracional, inmóvil y a la vez, desafiante.</div><div style="text-align: justify;">Alargó su mano para tocarla, la sombra se replegó en el punto exacto donde debería tener lugar el contacto. Ante una situación así, cualquiera persona entraría en un estado de shock provocado por el miedo, pero él era un agente de la Guardia Civil, era una persona que no se asustaba fácilmente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- ¿Pero qué demonios…?</div><div style="text-align: justify;">- ¿Demonios? ¿Quién ha hablado de Demonios?</div><div style="text-align: justify;">Sabía perfectamente que nadie había contestado, al menos nadie lo había hecho por medio de un sonido audible, sin embargo, la frase había llegado a su cabeza de manera alta y clara. </div><div style="text-align: justify;">- ¿Entonces qué eres? – preguntó el agente.</div><div style="text-align: justify;">- Yo soy yo ¿y tú, que eres tú? - No supo qué contestar, o sencillamente no quiso.</div><div style="text-align: justify;">- ¿Qué quieres?</div><div style="text-align: justify;">- ¿Qué haces? – Contestó de nuevo la sombra con otra pregunta.</div><div style="text-align: justify;">- Fotografías, pero dudo que sepas lo que es eso.</div><div style="text-align: justify;">- Dudas demasiado. Yo también soy parte de las fotografías, también de tus fotografías, soy parte del todo… y del nada. </div><div style="text-align: justify;">- ¿Cómo? No te entiendo.</div><div style="text-align: justify;">- Yo soy la sombra, soy la oscuridad, soy la parte oscura del negativo que desaparece cuando se convierte en positivo.</div><div style="text-align: justify;">- ¿Por qué ahora? ¿Por qué aquí? </div><div style="text-align: justify;">- ¿Qué mejor momento? ¿Qué mejor lugar? estamos ante un tributo a la luz, y yo soy su negativo.</div><div style="text-align: justify;">- Pero la sombra no existe sin la luz, dependes de ella.</div><div style="text-align: justify;">- Sin mí, la luz tampoco existiría, nadie la conocería, nadie la idolatraría.</div><div style="text-align: justify;">La sombra fue diluyéndose hasta desaparecer bajo el suelo, poco a poco emergió de nuevo bajo los pies del joven agente, como si de un truco de magia se tratase, lo fue elevando con ella en su ascensión</div><div style="text-align: justify;">- ¿Qué haces?</div><div style="text-align: justify;">- Mostrarte mi poder.</div><div style="text-align: justify;">- ¿Para qué?</div><div style="text-align: justify;">- Para que puedas llegar a entender mi debilidad.</div><div style="text-align: justify;">- ¿No entiendo el por qué?</div><div style="text-align: justify;">- Porque crees en la luz y reniegas de la oscuridad. Porque quiero que compruebes por ti mismo la maldad de esa luz que todos alabáis. Porque quiero compartir contigo mi poder para que así, conozcas mi debilidad y puedas comprender mi sufrimiento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El agente se hallaba suspendido en el aire a más de cuatro metros de altura, en la parte alta del mirador. En ese instante, el sol iluminó la luna más cercana, el reflejo salió proyectado hacia la parte central de la sombra. Instantáneamente la sombra desapareció, el agente creyó escuchar un gemido ahogado mientras se precipitaba al vacío, su cabeza, se estrelló contra la fría piedra de la base del mirador.</div><div style="text-align: justify;">Cuando sus compañeros de la Benemérita revisaron las fotos, sólo pudieron ver repetidas imágenes fijas del mirador, luego, como su compañero aparecía al pie de las escaleras, en otra foto aparecía con una mano tendida hacia su izquierda, y luego, el momento preciso en que caía desde lo alto del mirador. </div><div style="text-align: justify;">En las fotos no había nada más. Solo vacios de 10 segundos.</div><div style="text-align: justify;">Nadie en la casa cuartel de Vilagarcía podía comprender como el joven cabo había podido llegar a ese estado sin que se diesen cuenta, ni mucho menos, porque había hecho aquellas macabras fotos que recogían su propio suicidio.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En la Catedral de Santiago de Compostela, el peregrino se adentró hasta el fondo de una de las capillas, quería fotografiar las impresionantes vidrieras que iluminaban el interior de la catedral, de pronto una mancha oscura cruzó por delante del objetivo.</div><div style="text-align: justify;">- ¿Pero qué demonios…?</div><div style="text-align: justify;">- ¿Demonios? ¿Quién ha hablado de Demonios? <img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 30%;margin: -15px 40px 5px 5px ;float: right; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPvEIhmRWxiXjqyWKkFzCvR-UFSXPIT4wqVM4DfmqDcVz9DqngC1xodj5wPqC-yfkK3ljYKF24jzUuH78Yflem01X69AktJCCViQy1-7xTgRRdEDkg1MuRYdjDIWM3PwVXfZMwFHjUqb0/s1600/Faro+das+L%C3%BAas+negativo.png" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5372377420060292466" /><br /><br /></div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Título: El Faro de las Lunas</span><div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Género: Ficción</span></div><div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Autor: El Susurrador</span></div><div><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Imagen: El Susurrador<br />Mirador del Faro de las Lunas - Vilanova de Arousa</span></div>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1957689481536942393.post-78782560428124464402009-08-19T13:58:00.000+02:002009-08-21T14:04:15.230+02:00Volviendo a casa<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv3uRDRek3gDTh0Mic9QFqQ-7IpYyY8UW03ZC1ANxZbEd6SkMNnWmxEJwfaS8KD4AHgTbXO252Exv4FPiIOzEuYLywTPrp4gKaBBqkN64AJNFs8i912fCwI8hKolc2yvgee-XeYAl79_g/s1600-h/IMAG0076a+sin+sombra.jpg" target="_blank"><img style="float:right; margin:-10px -10px 0px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 45%;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv3uRDRek3gDTh0Mic9QFqQ-7IpYyY8UW03ZC1ANxZbEd6SkMNnWmxEJwfaS8KD4AHgTbXO252Exv4FPiIOzEuYLywTPrp4gKaBBqkN64AJNFs8i912fCwI8hKolc2yvgee-XeYAl79_g/s1600/IMAG0076a+sin+sombra.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5371644421946772050" /></a><div style="text-align: justify;">Ese día no le había deparado mejores expectativas que el día anterior. Tampoco es que se sintiese defraudado, en el fondo, era lo que suponía que iba a suceder. Finalmente la crisis estaba pasando factura incluso en un mes tan propicio para la hostelería como el mes de agosto.</div><div style="text-align: justify;">Este año había tenido que recortar el número de contratos, y eso tenía dos consecuencias directas. Por un lado, el no poder dar un trabajo de verano a sus amigos que tanto lo necesitaban. Y por otro, lo obligaba a él a hacer turnos dobles, incluso triples. Algunos días, cuando salía del pub, no recordaba bien que día era, incluso debía consultar su reloj para saber en qué hora del día o la noche se encontraba en ese momento.</div><div style="text-align: justify;">Caminaba más despacio de lo que en él era habitual, estaba realmente agotado, necesitaba una buena cura de sueño que lo resarciese de todo aquel esfuerzo, pero todavía tenía por delante al menos, 15 días más de duro trabajo.</div><div style="text-align: justify;">Cuando acabase el verano, tenía que plantearse en serio coger unas vacaciones, no es que el negocio diese para muchas alegrías, pero tanto él como su novia las necesitaban, además ella se lo había hecho prometer.</div><div style="text-align: justify;">Embarazada de cinco meses, conocía perfectamente la situación de su novio, por eso jamás se quejaba. Sabía que su pub en la zona Tir de Vilagarcía, necesitaba del sobreesfuerzo del verano para poder sobrevivir a la importante bajada de clientes, que sufrían durante el largo invierno.</div><div style="text-align: justify;">Miró de nuevo la hora, su reloj marcaba las seis y treinta y siete minutos de la madrugada, acababa de cruzar el parque Miguel Hernández para dirigirse a su casa. Allí, ella lo estaría esperando como siempre, y aunque sólo fuesen unas horas de descanso, para él era lo más reconfortante que podía desear en ese momento.</div><div style="text-align: justify;">Estaba terminando de cruzar el paso de peatones de la Avenida de la Marina cuando por el rabillo de su ojo vio un rápido destello. Un chirrido en el asfalto. Un golpe seco.</div><div style="text-align: justify;">Se levantó a unos veinte metros de distancia del paso de peatones, había sido un milagro, no le había pasado nada. Se puso en pie y se miró de nuevo los brazos y las piernas, nada, ni un rasguño. Fue caminando hacia el vehículo que se hallaba detenido a media distancia entre él, y el paso de peatones. </div><div style="text-align: justify;">A medida que caminaba, pensaba en la alegría que llevaría su novia al enterarse de que había salido indemne del accidente. Lo que le faltaba, era tener que cogerse una baja precisamente ahora, en la cúspide de la época estival. </div><div style="text-align: justify;">Y lo bien que se sentía, ya no es que no le hubiese pasado nada, sino que incluso la subida de adrenalina le había borrado toda sensación de dolor o cansancio.</div><div style="text-align: justify;">Vio como un grupo de jóvenes se acercaban a curiosear cerca del coche accidentado, podía escuchar los murmullos de varios de ellos. A medida que se acercaba fue viendo el coche con más claridad, era un vehículo de gama media, de color oscuro y pudo ver al conductor, lo reconoció de inmediato, era un joven del lugar, cliente habitual, al que se había negado a seguir sirviendo hacía al menos un par de horas. No soportaba que la gente bebiese sin control y él, se esforzaba cada noche para hacérselo entender a sus clientes.</div><div style="text-align: justify;">El conductor estaba con la mirada perdida, no era de extrañar tras lo sucedido, pero el coche tenía, tenía algo extraño, en su parabrisas, en lo que quedaba de su parabrisas había una persona incrustada hasta la cintura dentro del vehículo.</div><div style="text-align: justify;">Su mente se disparo como un arma de fuego. Reconoció el pantalón, reconoció la zapatilla deportiva que ahora mismo tenía ante sus pies descalzos, reconoció el color de la chaqueta que se vislumbraba a través del cristal roto. Reconoció que jamás podría cogerse esas vacaciones, que jamás… conocería a su hija. Reconoció un dolor tan intenso que no le dejaba sentir nada más, ni ver, ni respirar. Reconoció que su vida había terminado en ese momento, en ese lugar.</div><div style="text-align: justify;">Reconoció, a pesar de intentar usar todas sus fuerzas para negarse a ello, que se había convertido en la víctima mortal de otro atropello sin sentido. </div><div style="text-align: justify;">Una lágrima resbaló por su mejilla hasta la comisura de sus labios, pero él no se dio cuenta, ya no podía sentir su tacto húmedo, ni tampoco su salado y amargo sabor. </div><br /><span style="color: rgb(51, 51, 255);font-family:trebuchet ms;font-size:74%;">Título: Volviendo a casa \ Género: Ficción \ Autor: El Susurrador \ Imagen: El Susurrador - Avenida de la Marina - Vilagarcía de Arousa</span>El Susurradorhttp://www.blogger.com/profile/01614382173021700314noreply@blogger.com4